LA DISCIPLINA Y EL ÉXITO

Todos los seres humanos deseamos alcanzar un mejor y más bienestar en nuestro trabajo, nuestro físico, nuestra familia y en todos los aspectos de nuestro ser. Todos deseamos lograr desarrollar nuestro potencial al máximo. En algún momento de nuestra vida, hemos estado parados en el pináculo del liderazgo. El desarrollo de éste tiene influencia en la vida laboral, en lo personal y en la familia. Definir la visión y el rumbo de nuestras organizaciones, seleccionar, desarrollar e integrar a un buen equipo de trabajo, tomar acciones cuando se presentan problemas, mantener alta la visión y la moralidad de ese equipo no se aprende sobre la marcha. En realidad, se requiere estudio y tiempo para crecer como líder. Para tener éxito se necesita un gran equipo (nadie puede ir cabalgando en solitario sin un equipo de personas a quien dirigir). Pero aun con los mejores jugadores, sin un magnífico líder que esté a la altura de la situación es muy difícil de lograrlo.

El instructor del gimnasio –tomando su liderazgo como ejemplo- no solo debe enfocarse en tener una buena imagen física, sino que su solo ejemplo de disciplina y constancia determinará el éxito muscular propio y el de quienes confían en su conocimiento. Un instructor (la sola palabra viene del vocablo instruir, que significa “enseñar por repetición”) tiene uno de los trabajos más demandantes: no solo ostentar lo que conoce, sino que quien se arrima a su liderazgo, quede contagiado y transformado física y mentalmente –en algunos casos hasta emocionalmente- por su conocimiento y eso lo lleve a lograr el éxito buscado. Y justamente uno de los ingredientes más olvidados en la escalera al éxito es la disciplina.
Desarrollar disciplinas diarias es algo que se debe construir día con día. Un error común es pensar que realizando acciones importantes en forma ocasional se puede sacar adelante un objetivo. Edificar y hacer c un negocio e incluso tener el hábito de despertar cada día a la misma hora puede representar uno de los retos más difíciles para quien no está acostumbrado a disciplinarse. En un mundo donde todos los días nos enfrentamos a diferentes paradigmas (lo que se hace de facto sin saber el porqué) es costumbre que nos olvidemos de realizar acciones que nos pueden acercar al éxito anhelado. El conocimiento, una especialización profesional, una terapia psicológica e incluso la elevación del potencial espiritual pueden ayudar, pero no resolverán la ecuación requerida para obtener éxito al 100%
Albert Einstein decía que “tarde o temprano la disciplina terminará derrotando al conocimiento”. De la misma manera, la disciplina puede lograr acercarnos al éxito más rápido que cualquier otro método. Hay quienes piensan que al igual que el liderazgo, la disciplina se puede ir aprendiendo sobre la marcha. ¡Nada más alejado de la verdad! Identificar las actividades claves para su empresa o persona y repetirlas en forma consistente, definir un plan de acción y apegarse a diestra y siniestra a él lograrán que la persistencia distinga a un ganador del resto de quienes solo intentan y se quedan en el tristísimo camino de la mediocridad. La mediocridad de la que hablo, puede que tenga raíces en el pensamiento de uno mismo, como “la imagen de lo perfecto”, más allá de estar alejado de la “humildad”, puede detener o cancelar las mejores intenciones de éxito en cualquier área de la vida. El éxito integral verdadero jamás va sin el matiz de la disciplina, considerando siempre el precio que se debe pagar por ello para lograrlo.

Lograr un estilo de vida disciplinado, eliminar cualquier tendencia a excusas, permanecer concentrado en las metas y reflexionar cada día sobre lo realizado; son elementos que bien pueden potenciar a una persona para lograr tener resultados más que satisfactorios. Si sabes que tienes talento y has visto mucho movimiento en tu vida, pero con pocos resultados concretos, puede que tengas una oportunidad en la disciplina.
En Mentores que Trascienden, queremos ayudarte a lograrlo, partiendo de la base de nuestra propia disciplina intrínseca que tiene y sigue la visión de ayudar, de dar valor a los demás, eso nos mantiene siempre en acción, fuertes y alertas, para llegar a la meta deseada, EL ÉXITO.
Siempre selecciona tus prioridades y haz una lista de las razones, activa las motivaciones correctas y la disciplina será más fácil. ¡Acorta el camino al éxito!
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